#4.2 Diario de Campo

Para mi segundo diario de campo quise basarme en el tema de la discriminación hacia los homosexuales, esta decisión la tome debido a las diversas historias que me habían contado los muchachos en las reuniones pasadas, como la de JCPenney y otras. La discriminación no es un tema en el cual se pueda simplemente dar una opinión o escribir en base a varias historias que se te han contado. Para lograr escribir una reseña sobre la discriminación tuve que buscar una manera en la cual yo podría ser victima o espectador de una situación donde la misma este presente.  Por lo tanto, decidí llevar a cabo un experimento en el cual podría ser victima de discriminación, al igual que podría adentrarme a la vida homosexual.  Para este experimento iba a necesitar de otra persona del mismo sexo, por lo tanto, escogí a un compañero –uno de los chicos con quien había trabajado en el diario de campo posterior– quien estuvo conmigo durante todo el día del viernes para poder conducir el experimento.

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Introducción al Experimento

Mi experimento se basó en pretender ser homosexual durante todo un día en Plaza las Américas con la ayuda de un compañero homosexual, para así recibir reacciones. Para lograr esto, pase todo el día agarrado de manos con mi compañero, dando vueltas por el mall, entrando a tiendas, comiendo, entre otras. Yo decidí el agarrarnos de mano ya que la agarrada de manos es la mas grande señal de relaciones hoy en día; cuando vemos a dos personas agarradas de mano, nuestro primer pensamiento es que están en una relación o son novios/novias. Fue por esto que el agarrarse de manos era la mejor manera de conseguir perspectivas ajenas, reacciones y tal vez comentarios sobre la situación.

Primera Fase

Durante la primera hora –aproximadamente– fuimos a La Patisserie, un restaurante al estilo francés, donde nos sentamos a tomar café y comer unos postres. El ir a un restaurante donde solamente estuviésemos los dos en una mesa fue la parte pre-experimento al igual que la primera fase del experimento. En este restaurante pudimos conversar por un buen rato, empezar a conocernos un poco mejor y lograr estar cómodos el uno con el otro para no mostrar señales de incomodidad o inseguridad al momento de estar agarrados de mano, lo cual podría arruinar el experimento.

Otra cosa importante del restaurante fue el hecho que pude ver el trato de servicio al cliente que mi compañero (homosexual) recibía, y debo decir, que no fue nada diferente a como me hubiesen tratado a mi, no hubo ningún tipo de maltrato visual o verbal ni señas de discriminación. Pero esto no iba a arruinar el experimento, esto era solamente el comienzo de los resultados.

Segunda Fase (Las Tiendas)

En la segunda fase del experimento salimos del restaurante –ya juntos y agarrados de mano– a dar vueltas por Plaza las Américas, en esta fase entramos a casi todas las tiendas, de nuevo para ver servicio al cliente hacia una pareja homosexual, pero de las tiendas no recibí ningún tipo de discriminación, pero si recibí un trato muy diferente al que normalmente recibo cuando estoy solo o con amigos, había un nivel de amabilidad y generosidad muy alto y notable, en ciertas tiendas se sentía un poco exagerado, y todavía no puedo descifrar si se sintió como un acto sincero de bondad o como una buena actuación.

Hubo una tienda de la cual recibimos una reacción que puede ser considerada como discriminación, pero en mi opinión, fue una reacción normal hacia una situación que no es muy natural (que no se ve diariamente). Lo que sucedió fue, entramos a una tienda donde vendían maquillaje y mi compañero –bromeando– le pidió a una de las personas que trabaja allí que lo maquillara, por lo cual la mujer reacciono un poco cómicamente (en mi opinión) al darle una cara de extrañes, como si no entendiera lo que estaba sucediendo.

Durante esta fase noté algo que me pareció un poco extraño, el hecho de que únicamente nos atendieron mujeres o otros homosexuales. Aunque haya sido un poco alarmante no puedo saltar a ninguna conclusión concreta sobre esto, ni asumir nada, debido a que hay muchos factores que pueden afectar el que solamente nos hayan atendido dichas personas.

Tercera Fase (Gente en Plaza)

En esta fase del experimento tome nota visual de las reacciones recibidas por las personas que andaban, al igual que nosotros, en el mall. Debido a que estas personas no se encuentran en su área de trabajo, se puede asumir que las reacciones serán naturales y no definidas por un protocolo de oficina, tienda, entre otras. En esta fase tanto yo como mi compañero nos dimos cuenta que las mujeres jóvenes no demostraron ningún tipo de discriminación hacia nosotros. Las personas de tercera edad, en contraste, eran un poco más fuertes y intolerantes a la homosexualidad, un ejemplo de esto fue cuando estábamos haciendo la fila para un restaurante (ya para la hora de comer) y teníamos un señor adelante que nos miraba por encima de su hombro con una cara de odio y repugnancia hacia nosotros, manteniendo a su esposa delante de él como si fuésemos a lastimarlos.

Hubo también un niño que nos miraba mal cuando estábamos sentados en el food court con las manos agarradas encima de la mesa. El niño parecía que no podía quitar su vista de nosotros, pero siempre mirándonos como si estuviese observando a un extraterrestre.

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Para este experimento me enfoque en la lectura “El espíritu de la calle” por Pablo Fernández, mayormente en su explicación de los espacios privados y públicos. Esto es debido a que: los lugares privados no siendo reales para todos, mantienen ciertos protocolos o se caracterizan por ciertas actitudes (homosexualidad), esto lo pudimos ver cuando estábamos dentro de las tiendas; mientras que los espacios públicos son reales para todo el mundo, y presentan un tipo de libertad mayor para las personas que coexisten en el mismo.

– L.R.

By blogthemile

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